Esto no es una poesía. Ni
siquiera busco la rima, ni la coincidencia de la musicalidad de las palabras.
Ni el verso fácil y gratuito. Ni tampoco un párrafo escuálido que se esfuerce
en demostrar algo vistoso, que no se cimente en verdades que hasta ahora se
pudieron construir. Es, diremos, una fresca y atrevida reflexión sobre la
verdad que en poco tiempo se animó a vestirse de frases que lleguen hasta ti-
hasta vos. Como, como una declaración de intenciones. Por encima de mi
prudencia, que se entercó en no decir nada mantener un perfil bajo. Y ahora ya
no se habla más conmigo.
Es aventurarme a celebrar
en la mañana de hoy , una fiestecita de pequeños
logros que ya se sientes grandes y
fuertes, y quieren comerse el mundo. Esto, vamos a nombrarlo, puede ser como
una sencilla rememoración a las no más cinco o seis veces que hablaste el
idioma exacto y encontraste la palabra precisa para comunicarte con mi ilusión.
No voy a buscar una rima
, Sabrina, entre el brillo de tu pelo
reflejado en las paredes curvas de los Weinbergs y como el viento me acerca el
aroma de tu cuello, porque Weinberg no rima con casi nada en mi castellano , mi
paupérrimo idioma mezclado todos estos años en el exilio. Ni voy a ceñirme a
hablar de tus ojos. Sería eso un sedante, y ter dormirías de leer página tras
página tras página.
Es ¿Cómo un monólogo? Donde sólo hablen las consecuencias de tu
sonrisa en mí. De mis ganas por recorrer cada vez más las curvas de tu día y
saber qué novedades adornaron tus tardes.
Es una señal, sobre mi interés y la insaciable sed que mi curiosidad
provoca cuando no me toma unos vinitos
de ti y te escucha hablar.
Es , una cartita ,
inocente y bienintencionada, hecha de líneas fáciles de agradecimientos por
algo tan simple como saber que me permitiste conocerte y le abriste la puerta a
todas mis preguntas y mis ganas de robarte un beso, al lado de un puente y con
alguna excusa de emergencia, por querer besarte antes de que se pase el tren.
Así que eres tú quien le
pone el nombre a esto, según lo que cause o provoque en ti y en tu contexto.
Sin querer buscar la rima, Sabrina.
Gracias. Por el clarinete
y el árbol al que te quisiste subir. La barra de pan en Córdoba y la sinceridad
de la abuela. Los Schupfnudel sin zanahorias o las documentaciones. Por las ballenas
y Pipi blogbox. El Folklore en Córdoba y este Volk de Fulda qu me queda por
conocer. Por venir y disipar de manera tan fácil tanta soledad. Y sí.
Y termino por dar las gracias
a quien se levantó una vez de la cama e inventó el Weinfest en esta parte del
mundo. Vielen Dank.
Yo, por la cuenta que me
trae y la parte que me toca, sólo me queda resaltar las ingentes ganas de poder
cada vez más circularme y aprender de ti. De mil maneras y en ritmo que sin
esfuerzo ni poesía, anduvo tan lejos y recorrió tanta distancia, en tan poquito
tiempo.
Markelsheim. 20.06.14
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